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“Más feo que Picio”


Apellido de Francisco Picio, zapatero nacido en la localidad española de Alhendín (Granada). Por razones desconocidas fue condenado a muerte y ya en la capilla recibió la noticia del indulto. Tal fue su reacción que se le cayeron el pelo, las cejas y las pestañas, y, por si eso era poco, le salieron una serie de tumores por la cara que lo dejaron plenamente deformado, pasando a ser el modelo de fealdad más horrorosa. Dicho suceso ocasionó la frase adverbial "ser más feo que Picio" señaladora de una fealdad extrema. Huyó a Lanjarón, cuando paseaba por el pueblo lo hacía siempre con un pañuelo que pudiera taparle la cara, pero la crueldad de la gente, o quizás de la Iglesia, hizo que le echaran del pueblo ya que no se atrevía a ir a misa, por no quitarse el pañuelo que cubría su calva. Al poco tiempo de trasladarse a Granada murió.

Cuenta la leyenda que el párroco que la dio la extremaunción lo tuvo que hacer mediante una larga caña a causa del terror que le causaba la fealdad de este pobre hombre.

“Por los cerros de Úbeda”

En el año1233 una acción concertada de las órdenes de Santiago y Calatrava, llevan a cabo la conquista de Úbeda, despues de medio año de asedio.

Cuando las tropas del rey Fernando III "el santo", rey de Castilla y León, estaban a punto de atacar Úbeda a los musulmanes (ciudad cerca de Baeza, en la provincia de Jaén), uno de los hidalgos aliados suyos que iba a ayudarle con sus huestes a tomar la ciudad desapareció antes de que empezase la lucha, éste, con pocas ganas de guerra, reapareció  justamente después de la conquista. Cuando le preguntaron que dónde se había metido durante toda la batalla él alegó que se había perdido por los cerros de Úbeda y desde entonces dicha frase se asoció primero a la cobardía, o cuando alguien intenta evitar responder una pregunta directa hablando sobre otra cosa no relacionada.

Empezar hablando de una cosa y terminar hablando de otras muy distintas sin llegar a saber muy bien cómo se ha llegado a ese punto

No hay tu tía

“No hay tutía" en tiempos de Cervantes se utilizaba este término con el significado de remedio o medicina


El término tutía procede el árabe tutiya, que significa sulfato de cobre. Se trata de un remedio utilizado en la medicina antigua, el hollín que resultaba de la fundición y purificación del cobre (hecho a base del óxido de cinc) era procesado para transformarlo en ungüento, que era llamado -según el lugar de procedencia y del elemento del que derivaba- tutía, atutia o atutía y parece que era muy citado popularmente en la época, al que le atribuían excepcionales virtudes curativas para determinadas enfermedades de la vista.


De esta manera, en tiempos de Cervantes se utilizaba este término con el significado de remedio o medicina. No haber tutía es, pues, no haber más remedio, carecerse de solución para un problema.
Fue tal el prestigio y popularidad del ungüento que el lenguaje popular, basándose en ello, terminó por mantener la frase "no hay más tutía", que luego derivaría "no hay tu tía" deformando la palabra tutía en tu-tía por desconocimiento e ignorancia de su sentido original, para dar a entender que algo, por su dificultad era imposible de resolver o curar.
Esta expresión la utilizamos cuando nos damos por vencidos en situaciones que no se pueden evitar o que no tienen solución. Así, cuando no se puede salir de un asunto, decimos no hay tutía, que equivaldría a no hay nada que hacer. Teniendo en cuenta su origen, Tutía debería escribirse, por tanto, junto. Sin embargo, el diccionario CLAVE incluye esta expresión en la entrada tía y aboga por su escritura separada sin tener en cuenta su origen.

Anécdota del Sultán

Una sabia y conocida anécdota dice que en una ocasión, un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.

Después de despertar, mandó llamar a un Adivino para que interpretara su sueño.

-¡Qué desgracia Mi Señor! -exclamó el Adivino- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

¡Qué insolencia! -gritó el Sultán enfurecido- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡¡Fuera de aquí!!!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado.

Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.

El semblante del Sultán se iluminó y con una gran sonrisa…

…ordenó que le dieran cien monedas de oro al segundo Adivino.

Cuando éste salía del palacio, uno de los guardias le dijo admirado:

-¡No es posible!. La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que la del primer Adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

-Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Adivino - que todo depende de la forma en que decimos las cosas…. uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse.

Analicemos nuestra capacidad personal de comunicación: ¿Comunicamos? ¿Nos comunicamos? ¿Bien? ¿Qué y a quiénes? ¿Nos dejamos comunicar? ¿Qué y de quiénes? ¿Nos hace bien esa comunicación? Revisemos todos los esquemas de nuestra comunicación.

EL REY QUE NO ENTENDIA A DIOS

Un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía: 
-"!Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca! " 

Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste:
-"Y ahora, que me dices, Dios es bueno?, Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo.“

 El siervo respondió:
 -"Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. !El nunca se equivoca! " 
 
El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese preso a la celda más oscura y más fétida del calabozo. Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente para cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses. 

Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso:

 -"!Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso!....!Le falta un dedo!” Luego, el rey fue liberado.

Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente diciendo:

 -"!Querido, Dios fue realmente bueno conmigo! Tú debes haberte enterado que escapé justamente porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, por que permitió que estuvieses preso, tú que tanto lo defendiste?“ El siervo sonrió, y dijo: ... 

-"Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, !ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: Todo lo que Dios hace es perfecto. !El nunca se equivoca! "

¡A buenas horas, mangas verdes!.

La expresión se aplica al auxilio que llega tarde y, en general, a todo aquello que llega a destiempo.

En el siglo XIII, en Castilla existía una institución para defender el orden público: la Santa Hermandad, que alcanzó su apogeo durante el reinado de los Reyes Católicos. Éstos vestían un chaleco de piel que dejaba al descubierto las mangas de la camisa, que eran de color verde.
Por eso se llamaban, además de cuadrilleros (iban de cuatro en cuatro), mangas verdes. Parece que este cuerpo de policia rural fue eficaz en sus incios, pero que luego fue perdiendo efectividad, cediendo en disciplina, eficacia y que nunca llegaba a tiempo al lugar donde había un crimen. De ahí provenía la expresión :
¡A buenas horas, mangas verdes!.

Estar sin "BLANCA" en el S=XIV

Seguro que en alguna ocasión hemos utilizado la frase “Estoy sin blanca” expresión que utilizamos para referirnos a que no llevamos dinero encima o estamos sin dinero en ese momento. Esta expresión se dice por una moneda llamada “Blanca del Agnus Dei”, que fue acuñada en el año 1386 durante el reinado de Juan I de Castilla con motivo de las guerras contra el Duque de Lancaster



Con el paso del tiempo, la moneda fue devaluándose y acabó siendo acuñada únicamente de cobre, siendo su valor mínimo, por lo que alguien que no tuviese “ni blanca” representaba que estaba en la más absoluta de las ruinas.