Canción Judia Sefardí, interpretada de forma muy parecida a las cuadrillas de animeros y aguilanderos cantadas en el Noreste de la región de Murcia y la Sierra de Segura(España), transmitida generación tras generación de forma oral.
La costumbre de pedir por las Ánimas estuvo muy extendida por numerosos lugares de la península Ibérica con el objetivo de oficiar misas para los difuntos y costear otros gastos de la Iglesia. El origen de estos grupos debemos buscarlo en las hermandades religiosas surgidas en el S.XVI y que se desarrollaron más plenamente en los siglos XVII-XVIII. Muchas de estas hermandades fueron suprimidas al comprobarse que su cometido era sólo un pretexto para organizar fiestas y banquetes y, con la evolución de la sociedad, su función dejó de ser necesaria.
Los aguilandos y animeras, son piezas musicales segun un guión, que se van cantando e improvisando 16 coplas que los demás deberán repetir a coro. En esas coplas es donde se pide por las ánimas. La música se basa repetitivamente en una serie de cuatro acordes que son muy parecidos también a la “danza de hachas” que compositores como Gaspar Sanz o Martín y Coll utilizaron, y que tan populares fueron entre los siglos XVI y XVIII.
Las cuadrillas tocan jotas, malagueñas, pardicas y otras piezas con estilo muy peculiar, enmarcados en los ritmos y formas de hacer de las cuadrillas de las comarcas de las Sierras del Segura y del noroeste murciano.
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