El rabino Nahum de Chernobyl vivía siendo ofendido constantemente por un comerciante. Un día los negocios de este último comenzaron a andar muy mal.
“Debe de ser el rabino, que está pidiendo venganza a Dios”, pensó. Y fue a pedir disculpas a Nahum.
- Yo te perdono con el mismo espíritu que tú me has perdonado – respondió el rabino.
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