Apellido de Francisco Picio, zapatero nacido en la localidad española de Alhendín (Granada). Por razones desconocidas fue condenado a muerte y ya en la capilla recibió la noticia del indulto. Tal fue su reacción que se le cayeron el pelo, las cejas y las pestañas, y, por si eso era poco, le salieron una serie de tumores por la cara que lo dejaron plenamente deformado, pasando a ser el modelo de fealdad más horrorosa. Dicho suceso ocasionó la frase adverbial "ser más feo que Picio" señaladora de una fealdad extrema. Huyó a Lanjarón, cuando paseaba por el pueblo lo hacía siempre con un pañuelo que pudiera taparle la cara, pero la crueldad de la gente, o quizás de la Iglesia, hizo que le echaran del pueblo ya que no se atrevía a ir a misa, por no quitarse el pañuelo que cubría su calva. Al poco tiempo de trasladarse a Granada murió.
Cuenta la leyenda que el párroco que la dio la extremaunción lo tuvo que hacer mediante una larga caña a causa del terror que le causaba la fealdad de este pobre hombre.